La Baker, Kiki, Pierrette. 3 mujeres y Pablo

En marzo de 1930 actué en Zaragoza. Los salones de su Gran Hotel no tenían nada que envidiar a los de los palacios más elegantes de París y podía imaginar cómo sería bailar allí. Todo me resultaba extraño pero acogedor. El público se entregaba a mi espectáculo. También descubrí la jota, aquel folclore local, vigoroso y vibrante, como el jazz. Supongo que para mi aquello era algo tan exótico como para los lugareños contemplar una bailarina afroamericana bailando con un cinturón de plátanos. Sin embargo, más allá de miradas curiosas no encontré, ni en España ni en Francia, esa mirada superior con la que era juzgada en norteamérica. Y tampoco tenía que ingresar al local por la puerta de servicio, a pesar de ser la estrella del espectáculo. Yo era la Baker, sin más. Sí, en Europa, incluída España, se respiraba la libertad que no encontrabas en la asfixiante democracia estadounidense, y también las mujeres comenzaban a marcar una época como aquella Kiki.

Josephine Baker, Huesca y los sombreros voladores (heraldo.es) 

Josephine Baker- Escultura de Alambre de Calder

Mi verdadero nombre era Alice Prim, pero todo el mundo me llamaba Kiki.  Conocí a Gargallo en Montparnasse. Se juntaba mucho con el otro Pablo, Picasso, aunque el aragonés era mucho más reservado. Todos vivían en el barrio, trabajaban juntos, y compartían estudios y diversiones. Una noche fuimos al espectáculo de Josephine Baker. Aquella música y esos bailes eran salvajes, y nos traían los aromas de un paraíso africano. 

Yo entonces salía con Man Ray y fue al día siguiente cuando Man me hizo aquella fotografía con la máscara. 

Man Ray (Emmanuel Radnitzky) – Noire et blanche (Negra y blanca) (museoreinasofia.es)

“Noire et blanche”, de Man Ray (1926). – líneas sobre arte (lineassobrearte.com)

Gargallo quedó impresionado de aquella fusión, y poco tiempo después me pidió que posara para él. Parecía que jugaba con el aire y las formas, rellenando los huecos con la misma luz del vacío. Poco después también realizó una serie de máscaras con aquella inspiración africana y carnavalesca.

Kiki de Montparnasse de Pablo Gargallo | La guía de Historia del Arte (laguia2000.com)

Bailarina (Pablo Gargallo) – Apuntes de Arte (Revista de Crítica de Arte)

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Papá murió cuando yo sólo tenía 12 años. Para entonces y pese a tener una salud delicada que no le permitía trabajar en grandes proyectos ya era considerado un referente entre la vanguardia europea. Recuerdo sus grandes manos navegando entre el desorden del taller como un barco entre las rocas, y su voz cuando estallaba: –Pierrette, no toques eso!

Luego estallaron las guerras, y a mamá y a mí nos internaron en un campo de internamiento en Francia. Nos prometimos no separarnos nunca más y honrar la memoria de papá. Si algo aprendí de él es su añoranza por su tierra desde su exilio artístico, y decidí construir, en aquella ciudad, el nido que cobijara la memoria artística de uno de los mejores escultores del siglo XX. Pablo Gargallo.

Museo Pablo Gargallo – Zaragoza- (Zgz)

Un museo como regalo de Pierrette Gargallo a Zaragoza (zaragozaturismo.es)

Pierrette, la madre de las esculturas (home.blog)

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